viernes, 25 de febrero de 2022

LAS FLORES DE BACH, LA MUSICA Y PISCIS: ASPEN

 LAS FLORES DE BACH, LA MUSICA  Y PISCIS

ASPEN



Grupos emocionales

I – Para los que sienten temor

Aspen

“Para quienes sufren de temores vagos y desconocidos para los cuales no hay explicación ni razón.  No obstante el enfermo puede estar aterrorizado por algo terrible que va a suceder y que no sabe qué será.  Estos temores vagos e inexplicables pueden obsesionar de noche y de día.  Las personas que las padecen a menudo temen contar su preocupación a los demás”

                                                                                                               Dr. E. Bach

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Nombre botánico: Populus tremula

Nombre popular:  Alamo temblón

Se dice de estos individuos que nacieron con “una piel menos” porque son seres muy sensibles a las energías sutiles, por lo cual presentarán miedos, como por ejemplo, a la oscuridad, a las cosas ocultas, a lo misterioso, a lo desconocido, a lo por venir.

Existe un exceso de sensibilidad en ellos, captan todo a su alrededor, perciben lo que los demás no logran registrar, incluso cosas “irracionales” (miedo a hechizos, espíritus, etc.) y presentan una ansiedad importante.

La delimitación de su consciencia física de la realidad respecto a los otros planos, en especial respecto al plano emocional ó astral, es solo muy sutil.

En estos planos, además de nuestras vivencias emocionales personales, están asentadas también ideas colectivas, como las fábulas y símbolos, arquetipos, supersticiones, nuestros conceptos de cielo e infierno y muchas otras concepciones. 

Todas las noches debemos recorrer en sueños estos planos para llegar a nuestro plano transpersonal, pues allí tomamos contacto con el Yo Superior que durante el sueño nos insufla fuerzas constructivas y curativas.

Si saberlo, las personas que necesitan Aspen son invadidas día y noche, a veces de manera más intensa que otras, por pensamientos y fantasías provenientes de este plano astral ó emocional.  Reciben impulsos inconscientes que no pueden ser clasificados por su consciencia en vigilia porque la fuente de impulso no es conocida. Esto provoca angustia, una especie de angustia inquietante que repta lentamente hacia arriba por la espalda, pone la piel de gallina y hace erizar los cabellos en la nuca.

Sienten miedo a que se les aparezcan seres y cosas del mundo espiritual, pueden tener ataques de pánico por apertura de esos canales.

Dicen: “tengo miedo, pero no sé de qué”, “tengo miedo de que suceda algo terrible, pero no sé qué puede ser”.  En casos extremos se padecen tormentos infernales y el cuerpo también sufre: sobrevienen temblores, sudores y malestar estomacal, pero el miedo sigue siendo estéril.  No se puede hacer nada. Esto frustra y provoca más miedo y producestados que quitan la tranquilidad como para realizar las actividades cotidianas.

Otras frases comunes: “Siento como si me hubieran echado mal de ojo y no pudiera usar mi voluntad”, “No lo voy a contar, a ver si no se cumple”, “No puedo dormir y no sé porqué; es como si hubiera algo en el aire que me asusta, pero no sé qué es”, “Cuando entro en un sitio, noto enseguida si hubo una situación tensa”, “No dejo de pensar que ese color me dio mala suerte”.

Son personas “sin bordes” y ésta es una característica de los nacidos bajo el signo de Piscis, ya que debido a la su profunda capacidad de percepción y su emotividad “grande como un mar”, estas personas suelen presentar miedo, justamente, al desborde “sin límites”.

El límite entre el plano físico y los otros planos es, para estas personas, muy sutil.  Debemos considerar que en estos niveles se encuentran, además de los registros de vivencias personales, las colectivas, los símbolos, arquetipos.  Por lo tanto, al presentar este estado emocional, es común que se haga conexión, especialmente de noche, con ellos.

Lo señalado produce angustia inquietante aun durante el día, y esto, sumado a otras sensaciones relacionadas con su sutil percepción, como escalofríos, piel de gallina, pelos erizados, etc.

Pueden presentar además pesadillas, sueños inquietantes, angustia nocturna.  Es como si la persona “se desparramara” sobre su entorno y percibiera en forma potenciada demasiadas cosas que, además, nadie ve.

Se podría imaginar que en ese momento los pacientes Aspen quedan estancados en le plano astral, llenos de miedo y no pueden establecer contacto con el Yo Superior que les auxiliaría. Este quedarse estancado se manifiesta a menudo como sonambulismo, hablar en sueños ó en pesadillas.  La persona despierta estremecida, llena de pánico y teme volver a dormirse.

Es muy común en niños, ya que ellos son más sensibles emocionalmente, e, incluso, están más conectados con el mundo espiritual de manera natural.  Pueden presentar terrores nocturnos, pesadillas, necesidad de dormir con la luz encendida, llanto. Como son más abiertos que los adultos respecto a estos planos, exigen si están en estado Aspen que de noche se les deje abierta la puerta de su dormitorio ó una luz encendida. Inconscientemente, temen que de lo contrario sus ideas del “mal espíritu” ó del “hombre de la bolsa” adopten una forma más tangible.

Muchos pacientes Aspen tienen un miedo pánico a la oscuridad que no logran explicarse.  Las personas que de una manera aprensivo-supersticiosa se dejan fascinar por las ideas ocultas ó mágicas, con frecuencia necesitan Aspen porque corren el peligro de ser víctimas de sus propias fantasías.

Existe en estas personas “miedo al miedo”, temor de que suceda alguna catástrofe, sensación inexplicable de peligro, de que algo va a pasar, fantasía desbordada, supersticiones.

La forma exterior del álamo temblón es el símbolo perfecto de la extrema sensibilidad del estado Aspen. Basta con una suave brisa y se escucha el rumor de la fronda. Las personas Aspen tiemblan como el follaje de este árbol y reaccionan como un sismógrafo a la atmósfera visible e invisible de su entorno. Poseen una antena inconsciente para captar conflictos inminentes y perturbaciones psíquicas en otras personas.

Puede sucederles que, al registrar todo, necesiten retirarse de una reunión o lugar sintiéndose indispuestos, y, sin embargo, no logran saber o registrar el motivo. Simplemente, estas personas registran todo y gastan en ello mucha energía;  el clima conflictivo del lugar de trabajo, el ajetreo matutino, la sensación de asfixia en un colectivo repleto, el miedo a la inflación y a la guerra que flota en el aire.  Pero en contraposición con el estado Mimulus en el que los miedos se definen claramente y se pueden discutir con otras personas, en el estado Aspen son vagos e indefinidos.  No se los puede calificar y por esto cuesta mucho hablar de ellos con otras personas. Quienes experimentan este temor raras veces pueden hablar de él con otros porque como no pueden encontrar una razón definida para su ansiedad, temen la incomprensión ó la incredulidad y que les digan que “todo está en su imaginación”. El Dr. Bach escribió: “El miedo a cosas como una operación, una sesión con el dentista, a los truenos, al fuego ó a un accidente es un temor físico y es malo.  Pero no hay nada comparado con un temor mental desconocido que se posa sobre uno como una nube y acarrea temor, terror, ansiedad y hasta pánico, sin el menor motivo.  Con frecuencia esos temores están acompañados por temblores y transpiración causados por el miedo abyecto a algo desconocido.  Aspen es el remedio para esta clase de temor”

A esto se suma el hecho de que los demás comprenden menos todavía su sensación.

Se mimetizan demasiado con el ambiente y dejan de percibir su “yo”, el cual, justamente, constituye el borde necesario, el límite.  Pueden “leer” a otros, registrar tanto su cuerpo astral como etérico.

En eso se parece al artista, que igualmente extrae de las verdades ocultas de la vida el material para su obra. Pero, a diferencia de éste, no puede darles una forma comprensible o integrarlas en la obra de arte de una vida llena de sentido, porque padece una profunda desconfianza hacia la vida que —sensible como es él— le ha deparado demasiados hechos y vivencias dolorosas. Su desconfianza le impide —en buena medida de forma inconsciente— ocuparse de percepciones o sentimientos que pudieran arrastrar una carga espiritual. Pero al ser estas un componente de su rica vida sensorial y mensajes de gran importancia procedentes de las profundidades de su subconsciente, no se las puede rechazar sin más sino que intentan constantemente ascender hasta su conciencia, y se vuelven tanto más desoladoras cuando más intenta, lleno de temores, alejarlas de su pensamiento.

Es cierto que puede en parte mantenerlas en jaque, que simplemente las proyecta sobre hechos concretos: por ejemplo, profetiza  una determinada desgracia o supone las malas intenciones de alguien. Pero en realidad no se las puede refrenar de esta manera, sino lo que hacen es acechar como fieras salvajes en un terreno situado entre la conciencia y el subconsciente y le atacan en cuanto que flaquea su vigilia o su fuerza de rechazo, en forma de angustias generales o desprovistas de alguna explicación. En eso radica el síndrome del “álamo temblón”.

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Aspen y sus músicas

"Nuages" (Nubes) de Claude Debussy

Entre las músicas que encuentro vinculadas a este estado emocional, las de este compositor me han  parecido a tal punto representativas, que hasta he podido elegir.  Este tema se llama "Nuages" (Nubes) y corresponde a su serie de “Nocturnos”.

Claude Debussy fue un músico clásico, de fines del S XIX y comienzos del XX.  Considero que su música fue influenciada por el anterior pasaje de Neptuno por Piscis (en la actualidad volvió a ingresar en Febrero de 2012, dado que es un planeta exterior, por lo tanto “lento”).

El y otros músicos de la época formaron parte de un movimiento artístico que se reflejó en otras artes también, y que se llamó “Impresionismo”.   El Impresionismo buscaba apenas delinear algo, no lo definía… solo mostraba “impresiones”.  Obviamente esto nos remite a algo interior y también a los sentidos que perciben.  No es para nada un estilo racional y definido, sino más bien estimula la intuición, la sensación de lo difuso, lo velado, lo misterioso y oculto, también lo diferente y raro. Todo esto forma parte de reino de Neptuno, es decir el Signo Piscis.

Como verás esta obra produce “sensaciones”… algo de confusión, de extrañeza… de miedo Aspen, en definitiva. Hay una percepción de que algo puede pasar en cualquier momento, y sin embargo, no sabemos qué es.

¿Y qué te genera en tu caso esta música...?  porque es muy probable que escuchándola atentamente, animándote a sentir lo que ella transmite, puedas comprender casi sin palabras... el estado... Aspen, que trata la esencia floral descubierta por el Dr. Bach.

Elsa Beatriz Mirol Colella
Astrología y Terapia Floral Espiritual
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