TERAPIA FLORAL,
TRABAJO Y MISION ACTUAL
¿Qué sabemos sobre la verdadera Terapia Floral? Pareciera que nombrarla ya la define…”ah sí… las flores de Bach… me comentaron algo…” Esta frase muy escuchada ilustra mayormente sobre el no saber, más que el conocer sobre esta terapia.
Pasados 40 años desde su descubrimiento, algo muy interesante para considerar, ya que “40” es un número sagrado que se relaciona con la purificación de algo, la terapia floral fue reiniciada a través de los dos primeros sistemas florales que surgieron en los años `70: California (EEUU) y Bush (Australia). Fueron 40 años durante los cuales su utilización prácticamente se limitó al Reino Unido, donde sí tuvo cierto reconocimiento, por haber nacido y vivido en ese país el Dr. Bach.
Es probable que haya necesitado ese tiempo para que los fundamentos de esta terapia vibracional energética, hayan sido “aceptados” por el nivel consciente de más personas, hasta “volver a florecer” a través de los elaboradores de estos sistemas, California (Richard Katz y Patricia Kaminiski), y Bush (Ian White). Y también que la influencia del descubrimiento de Quirón, evento sucedido en 1977, y asteroide vinculado a la sanación de tipo transpersonal, es decir, más espiritual, haya completado lo que se necesitaba para dar a luz a estos dos primeros sistemas, y la cantidad enorme de los que le sucedieron (Pacific Essence de Sabina Petite en EEUU, Sirio Elixires de Rosana Piñera en Argentina, Esencias St. Germain de Neide Margonari en Brasil, etc).
Con la terapia floral renovada a través de diversas experiencias realizadas por los mismos elaboradores y sus colaboradores, se amplió hasta llegar a existir también esencias de gemas, animales, mares, ríos, estrellas, sonidos… es decir, se descubrió que todo lo que existe en la naturaleza tiene una vibración, una energía, que no es visible ni medible por los métodos convencionales académicos, pero que sin embargo existe y genera efectos visibles.
Los fundamentos de la terapia floral se conservaron, los enunciados por el Dr. Bach, y éstos siempre consideraron la vida espiritual, el concepto de alma y personalidad, de comunión con el Todo, y de que la enfermedad se origina en el nivel sutil, para luego manifestarse en el nivel físico, razón por la cual, lo más importante es trabajar en el nivel no visible, para poder resolver el síntoma visible.
En la época en la que vivió el Dr. Bach, hablar de lo vibracional, ya era un desafío a la comunidad médica y casi fue expulsado por ésta, como profesional, aunque esto no llegó a concretarse, a pesar de que el Dr. Bach continuo con sus investigaciones y atención de pacientes a través de su nueva medicina floral.
El mismo denunció, hace casi 100 años, el materialismo del mundo médico y de las ciencias en general, alertando sobre el hecho de que esto mismo generaba la enfermedad. Sabemos que, en los últimos años, hemos llegado a un punto crítico en relación a lo que él percibió y condenó. Estamos en un momento donde la medicina se ha convertido en un instrumento más del materialismo que gobierna al mundo con toda la perversión que esto implica, dado que se endiosa a una medicina que, en definitiva, enferma en lugar de curar.
La visión del Dr. Bach sobre la medicina futura, está plasmada en un escrito llamado “El hospital del futuro”, mencionando que los médicos de ese futuro, darían mayor importancia y estarían capacitados para llevar al paciente hacia una mayor consciencia de los factores que lo llevaron a enfermar, relacionados con errores de su personalidad, aprendizajes fallidos, creencias, actitudes, etc. Y algo muy importante, el médico aceptaría la existencia del alma, y de la importancia de la enfermedad como camino de retorno a la “misión” de cada paciente en este plano terrenal. Esta “misión del alma” tendría que ver con una experiencia que el alma vino a realizar en la encarnación terrenal, y que la personalidad impide, a través de actitudes y creencias deformadas tanto por tendencias personales como por la educación.
Entonces el médico tendría como “misión”, reeducar al paciente, hacerle ver cuánto se habría alejado de la comunicación con su propia alma, y que esto se estaría manifestando a través de su enfermedad física.
En la actualidad, y desde que se descubrió la terapia floral, esta tarea, esta “misión” la llevan a cabo los terapeutas florales adecuadamente capacitados, es decir, que hayan comprendido la profundidad de esta terapia y la enorme responsabilidad de su rol frente a quien le consulta, la cual implica incluso un compromiso de tipo kármico, donde su rol supera lo laboral profesional, porque se está trabajando con la reconexión de la persona con su propia alma… tamaña tarea a realizar…
Misión y trabajo… trabajo y misión… ¿qué cosa está en primer lugar en la tarea que cumple un terapeuta floral? Esto dependerá del grado de evolución del mismo terapeuta y también dependerá del maestro que haya tenido, ya que quien enseña terapia floral transmite o no estos principios al futuro terapeuta.
Lamentablemente en los últimos 15 años y más específicamente en Argentina, se banalizó la formación de terapeutas florales, con la excusa de acortar las cursadas, “alopatizando” esta terapia. Es decir, estudiando lo básico, limitado a prácticamente un “vademécum de 38 esencias florales”, y sin realizar perfeccionamientos en tantos otros maravillosos sistemas que podrían facilitar la curación ó recuperación de tantos pacientes, al utilizar esencias más específicas para cada uno. Al no existir tampoco perfeccionamientos ó al no tener interés los terapeutas en continuar el estudio, se podría decir que la verdadera terapia floral apenas sobrevive.
Llegado a este punto de lo que me interesa transmitir, encuentro que, si la terapia floral misma ya “era” una misión para el terapeuta floral, actualmente se suma otra misión: recuperarla.
Y entonces existe hoy un trabajo adicional para el terapeuta que es enseñar al paciente sobre terapia floral, reeducarlo, ayudarlo a que comprenda que su alma le está pidiendo ciertas cosas que él como paciente no llega a concientizar.
Este trabajo-misión, es arduo, requiere de mucha paciencia, dedicación, perseverancia, empatía, adecuación del lenguaje del terapeuta al nivel de comprensión del paciente respecto a la acción de las esencias, requiere tolerancia, aceptación de las grandes dificultades que tienen hoy los pacientes por haberse desconectado del sentir, debido al materialismo feroz y la sobre estimulación mental que se hace a través de toda una forma de vida y la tecnología mal utilizada.
Actualmente la mayoría de las personas se encuentran con muchos problemas de ansiedad en todas sus formas, debido a la saturación y confusión creada adrede, para generar su desconexión interior.
Entonces la tarea-trabajo-misión del terapeuta floral, es hoy tan imprescindible como difícil, y requiere también mucha capacidad de servicio y actitud humilde, aunque no menos asertiva y firme.
El trabajo del terapeuta floral hoy tiene un valor inmenso y quienes se sienten llamados a esta tarea, tienen que tomar consciencia de esto y a la vez saber algo maravilloso; que el Creador como lo llamaba el Dr. Bach, los ha elegido para ser parte de la transformación necesaria de la humanidad… nada más y… nada menos.
Feliz día del Trabajador-Terapeuta Floral y Misionero!!!
Elsa
B. Mirol Colella
Terapia Floral - Psicología Holística - Psicoastrología
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