Sin embargo, lo que describió el Dr. Bach son “arquetipos” representados por cada patrón sanador de flores, que perfectamente se pueden empezar a diversificar de acuerdo a ciertas características dentro del mismo arquetipo.
Por ejemplo, Holly se indica para la falta de amor, la envidia, la rabia, el enojo, la desconfianza. Y puede ser muy adecuado en las primeras tomas, luego de las cuales, habría que evaluar si se continua con Holly, se comparte con alguna otra de otro sistema relacionado con los mismos temas, ó se reemplaza.
En el Sistema Bush contamos con Mountain Devil. En este caso, se podría decir que es prácticamente equivalente a Holly. ¿Entonces por qué elegirla? Porque la vibración de un sistema y de otro, son diferentes, y a veces una persona requiere de la vibración del otro sistema. Esto se puede verificar cuando tomando Holly, no se dan los efectos esperados, después de cierto tiempo.
El caso de Walnut, esencia floral relacionada con la necesidad de protección energética y el ser permeable a influencias del entorno, lo cual dificulta a la persona para tomar decisiones y hacer cambios. Si alguien toma Walnut y, por ejemplo, está influenciada por personas cercanas manipuladoras, tóxicas, abusivas, difícilmente sea suficiente, al menos en algunos casos. Entonces, por ejemplo, contamos con las esencias florales St. Germain, que incluyen entre ellas, varias relacionadas con diferentes tipos de protección, según sea la situación. Una de las esencias es Sao Miguel, protectora por excelencia, que hace referencia al Arcángel Miguel y cuya flor tiene forma de espada azul violácea. Si el problema es la envidia de otras personas, Chapéu do Sol. Si se trata de ambientes negativizados por personas negativas, que están influenciando, contamos con Incensum.
Es decir, podemos ubicar, orientarnos a través de los 38 estados florales Bach, comenzar con estos florales, pero luego determinar si son suficientes ó requerirían puntualizar en determinadas cuestiones derivadas de alguno de esos arquetipos.
Por supuesto esto requiere de una adecuada formación profesional del terapeuta, capacidad perceptiva, etc.
Volviendo al punto anterior, entonces, me he preguntado el por qué de la indicación de los elaboradores y vendedores de las esencias originales Bach, de circunscribirse solo a ese sistema, existiendo tantos otros.
La respuesta que he encontrado se encuentra en el hecho de que un elaborador también es una empresa, desde el momento en que despliega sus actividades en la realidad económica de nuestra sociedad, sobre todo la occidental. Esto puede hacer que ese elaborador pretenda sumar ventas, lo cual no es cuestionable. Lo que sí puede llegar a serlo, es que, en nombre del producto que elabora, relacionado con la salud mental, emocional y espiritual, se indique que es el único respetable. No estoy de acuerdo con esta posición y no me parece ético, para ser sincera.
De la misma manera, y en base a lo mencionado, de tanto en tanto surgen “exigencias” ó “requisitos” del mismo Centro, en el sentido de “actualizarse” para conservar el título de Practitioner, y lamentablemente muchos terapeutas no están percibiendo que vivimos en un sistema que acepta todo tipo de imposiciones para el beneficio económico de algunos, y las aceptan.
El Dr. Bach descubrió el poder sanador de las flores en sus últimos seis años de vida, cuando trabajó intensamente, superando sus problemas de salud, convencido de que debía terminar su tarea. Pero esto no significa que la terapia floral sea algo que no pueda evolucionar, siempre que respete sus bases fundantes.
Él no dijo que su descubrimiento fuera el único, tampoco indicó que se debía consultar a alguien en todo caso, porque hasta impulsó el autotratamiento. Y proyectó, visualizó, otro tipo de medicina, donde se utilizarían “las hierbas del campo”, como también ensalzó a herboristas e investigadores anteriores, como Paracelso, Hahnemann, etc, y diría que más que cerrar puertas, las abrió.
Estoy convencida de que si el Dr. Bach hubiera vivido más, hubiera desarrollado la terapia floral y probablemente hubiera realizado más investigaciones, todo lo cual, finalmente lo completaron otros terapeutas florales entre 1936 y la actualidad.
También podríamos considerar el ejemplo de su propia actitud; decidió restringir sus ganancias, para hacer el bien a las personas. Si no hubiera sido así, hubiera continuado ejerciendo como médico tradicional, ateniéndose a las enseñanzas de lo académico, sin cuestionar, sin investigar, sin evolucionar.
Por eso tengo la convicción de que no abrir las puertas a otros sistemas florales, en definitiva, no es respetar un principio que no dejó por escrito, pero sí en su accionar: la terapia floral evoluciona y es evolutiva.
Si te interesa iniciar un proceso floral, conjuntamente con consultoría psicológica y astrológica, realizar alguna consulta de orientación, como así también capacitarte en terapia floral de manera profesional, ó comprar esencias florales, comunicate a los datos de contacto.
También agradeceré el compartir este artículo.
Elsa B. Mirol Colella