jueves, 16 de junio de 2016

CIENCIA, PSEUDOCIENCIA Y VERDADERA MEDICINA (Acerca de la Terapia Floral y Medicinas Alternativas)

CIENCIA, PSEUDOCIENCIA 

Y VERDADERA MEDICINA

(Acerca de la Terapia Floral y Medicinas Alternativas)



Comparto con todos ustedes este valioso testimonio, casi diría, único, por tratarse de un excelente médico argentino, el Dr. Florencio Escardó, defensor de las medicinas naturales como la homeopatía y la terapia floral y transmisor de grandes verdades acerca del arte de curar.

Una de las glorias de la medicina humanista argentina, que honró la terapia floral, escribiendo el prólogo del libro "La medicina floral de Edward Bach" de la Dra. María Luisa Pastorino, el pirmer libro argentino de terapia floral Bach.

Lo que el Dr. Escardó cita en sus dos prólogos que reproduzco más abajo, a las dos ediciones del mismo libro, no tiene desperdicio y refleja la decadencia de una medicina manejada por intereses ajenos a la salud de los pacientes.

Me genera tristeza observar que fueron escritos en 1987 y 1989, y que la situación no solo no se modificó sino que empeoró.  Actualmente la cantidad de pacientes medicados es muy alta, habiéndose transformado en algo habitual recetar psicofármacos, analgésicos, y tantos otros medicamentos, dejando a la antigüa aspirina, en el lugar del más inocente de los medicamentos.

Para que recordemos y continuemos recordando a todos los profesionales de la salud que dieron la Bienvenida en su momento a la Terapia Floral, como verdadera medicina curativa, este artículo, de suma importancia para quienes creemos con convicción profunda en las medicinas naturales.

Elsa B. Mirol Colella
Astrología y Psicoterapia Floral

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Reseña acerca de su vida y obra


Dr. Florencio Escardó
13/8/1904 - 31/8/1992



-Médico egresado de la UBA (1929)
-Decano de la Facultad de Medicina (1958)
-Fundador del primer Laboratorio de Bacteriología Pediátrica, un Centro Audiovisual, el Pabellón de Psicología, Sala de Terapia para Grupos, un Laboratorio de Isótopos reconocido por la Comisión Nacional de Energía Atómica y de la Residencia de Psicología Clínica.
-Fundó la Escuela para Padres del Hospital de Niños
-Su carrera hospitalaria comenzó en la Maternidad Samuel Gache del Hospital Rawson, pero su labor descollante transcurrió en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, por 45 años ocupó diversos puestos: llegó a ser Jefe de Servicio de la Sala 17 y Director del establecimiento.
-Fue presidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), y miembro titular de la Academia Porteña del Lunfardo
-Fue honrado en 1984 con el Premio Konex de Platino y un Diploma al Mérito en "Literatura de humor"
-Declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
-Mediante la Ley 1455/2004 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires denominó con su nombre a un espacio verde, ubicado en la intersección de las arterias Sánchez de Bustamante (acera impar) y Paraguay (acera par).



Sus palabras:
“Qué puede tener de revolucionario pensar que las madres deben estar con sus hijos enfermos”, dijo Escardó en ese momento. Y “¿Cómo alguien puede aprender pediatría si no se está al lado la madre? Tardé treinta y dos años en conseguir que las madres entraran a la Sala en el Hospital de Niños –¡treinta y dos años!– Es lo único de lo que estoy orgulloso en la vida"
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"La medicina floral de Edward Bach" (Dra. María Luisa Pastorino)
Prólogo a la primera edición

A decir verdad, este libro de la Dra. Pastorino que me toca prologar, deja poco, muy poco, casi nada que quepa al prologuista.  Tan cumplido y acabado es desde todos los puntos de vista.  Sitúa el método de Bach en la órbita y en la tónica que la Organización Mundial de la Salud (OMS),  máxima autoridad en la materia, dictamina como desiderátum que la exigencia del pensamiento universal exige más que determina.

No me cansaré de repetir que hay una sola y única medicina:  “la que cura”, pero para llegar al resultado apetecido y necesario se requiere una mente abierta y un espíritu no menos abierto y, sobretodo, dotado de la suficiente valentía para enfrentar la cultura dominante, la fraguada por las escuelas y las academias que ignoran ó fingen ignorar que están al servicio de la poderosa industria farmacéutica y de intereses que no siempre (tentado estoy de escribir casi nunca) son los de los enfermos.

Afirmar que en la actualidad el médico corriente está reducido a ser el agente de ventas de la tal industria no es, en modo alguno, un concepto peyorativo sino la formulación de una realidad flagrante y al mismo tiempo temible.

La historia de la Talidomida debería ser la primera clase de todas las cátedras de Terapéutica de todas las Facultades del mundo;  que así no sea es un silencio culpable de la consciencia médica y una marca infamante para el espíritu humano.

Se declama mucho sobre “derechos humanos”, pero ni por asomo se incluyen en esa declamación los de los pacientes cuya vida y cuya salud están en manos de una pseudociencia  convertida en industria.

Frente a tal estado de cosas, el médico que se resuelve a volver la vista hacia otras maneras de curar, no autorizadas “oficialmente”, ha de afrontar un verdadero martirologio que lo tilda fácilmente de charlatán ó curandero.  Quien emprende tal camino ha de pasar por la prueba iniciática de toda rebeldía en el campo cultural y de toda valentía en el terreno espiritual, pero al hacerlo, se convierte en un ser de elección, que poco a poco, (muy poco a poco), es reconocido por los sufrientes que lo “eligen” culposamente ó  huyen desilusionados de una medicina rutinaria que al olvidar al hombre se ha olvidado de sí misma;  que ignora todo el acervo tradicional que nace con Hipócrates, a menudo asistido por Perogrullo, maestro de maestros, y que solo reconoce resultados y no teorías, curaciones y no hipótesis.

Quien ejerce, por ej  la Homeopatía, se ha elegido a sí mismo porque ha elegido al hombre.

Lo mismo he de decir de este admirable trabajo de la Dra. Pastorino que, repito, deja poco que decir al prologuista, dentro de su tema.

No busca imponer una determinada filosofía, simplemente narra su cotidiana experiencia y la experiencia de esa cotidianeidad;  sabe lo que arriesga, lo intenta y lo hace con el estilo diáfano y directo de los veraces convencidos de su veracidad.

Yo me siento orgulloso de que me haya elegido su prologuista porque ello entraña que conoce y reconoce en mí la ortodoxia de mi heterodoxia.

Desde estas páginas mínimas le auguro todo el éxito que merece, pero siento y deseo que sus mejores lectores sean no los médicos, en los que no creo mucho como innovadores,  sino los pacientes que esperan lealtad espiritual con sus sufrimientos.

Carrasco, Montevideo, abril  1987

Florencio Escardó
Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Buenos Aires
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Prólogo a la segunda edición

No es frecuente en la práctica bibliográfica que el prologuista de la primera edición, lo sea también de la segunda. Pero resulta que el caso presente así lo determina en cuanto al libro de la Dra. Pastorino no solo ha obtenido un éxito que no habrían alcanzado las obras del propio Bach, que traducidas al castellano, estaban hace tiempo en nuestras principales librerías, sino que ha despertado en forma resonante un interés del gran público hacia una forma terapéutica de ésas que, sin razón alguna, se han dado en llamar “alternativas”, queriéndose, tal vez, que pueden alternar con otra forma de curar que tiene algo así como la principalidad y primacía, lo que está muy lejos de ser legítimo ya que con todas sus variantes, la medicina oficial de escuelas y academias no hace sino servir los intereses de la poderosa industria farmacéutica convertida en pseudociencia.

Tal aseveración se enriquece con el silencio y semiocultación que en los medios galénicos ha obtenido el formidable alegato de Ivan Illich “Némesis Médica” y otras publicaciones de igual tendencia y doctrina.

La conspiración del silencio ha sido siempre arma favorita de los intereses mezquinos y poderosos.  La primera edición de esta obra y la eficaz sencillez que animan y encienden su estilo, ha dado un toque de atención hacia lo que en justicia puede llamarse la nueva medicina, ya que es realmente nueva en la consciencia cultura. La medicina que no es el devenir histórico, no es otra cosa que un menester cultural aplicado, en toda la extensión y profundidad que tiene la palabra cultural.

A la trágica significación de la Talidomida, a que me referí en el primer prólogo, se suma ahora la del Distilbene que ha impresionado poco ó nada la consciencia de los médicos.  Y la enfermedad de Rege (hidrocefalia grave en niños tratados con aspirina en casos de gripe ó varicela).

Pero no para ahí el efecto de la obra que hoy reprologo.  Muchas gentes y, lamento decirlo, pocos médicos se han podido asomar al conocimiento de una psicología fundamental y trascendente lo que no es poco logro frente a los vericuetos teóricos y prácticos de la distintas ramas psicoanalíticas que han perturbado en mucho la visión de múltiples gentes sobre los problemas del alma humana.

Es con satisfacción y alegría que auguro a esta nueva edición la misma y merecida suerte de la primera y la esperanza fundada en otras sucesoras.

Buenos Aires, marzo 1989

Florencio Escardó
Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Buenos Aires
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Elsa B. Mirol Colella
Consultoría Psicológica, Astrológica y Floral
CTS-Centro de Terapias para la Salud
info@center-salud.com

www.center-salud.com


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