martes, 22 de diciembre de 2015

EL REINO DE DIOS ESTA DENTRO NUESTRO




EL YOGA DE JESÚS 
(Paramahansa Yogananda)
Capitulo 9
El Reino de Dios está dentro de vosotros



“Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió “El Reino de Dios no vendrá con observación, ni se dirá “Vedlo aquí ó allá”, porque, mirad, el Reino de Dios está dentro de vosotros” (Lucas 17: 20,21)

En el templo del silencio,
En el templo de la paz,
Te encontraré, te sentiré, te amaré,
Y al altar de mi paz Tú Vendrás.

En el templo del Samadhi,
En el templo de la dicha,
Te encontraré, te sentiré, te amaré,
Y al altar de mi dicha Tú Vendrás.

Es preciso desarrollar el hábito de MANTENERSE INTERIORMENTE en la CALMADA PRESENCIA DE DIOS, a fin de conservar ese estado mental de manera constante, noche y día.  El esfuerzo vale la pena, ya que vivir en la consciencia de Dios es terminar con la esclavitud de la enfermedad, del sufrimiento y del temor.  Permanece, simplemente, en la compañía de Dios;  ésa es la única finalidad de la vida.

Si uno toma la resolución de no irse a dormir por la noche hasta haber meditado y HABER SENTIDO LA DIVINA PRESENCIA, descubrirá en su vida una felicidad que supera toda expectativa.

Es necesario hacer el esfuerzo, pero ese esfuerzo nos convierte en reyes, sentados en el trono del reino de la paz y el gozo.  El tiempo que emplea el hombre en la búsqueda de las valiosas oportunidades que posee de conocer a Dios.

Te digo esto desde el fondo de mi alma;  BIENAVENTURADO AQUEL QUE TOMA LA DETERMINACIÓN DE NO DESCANSAR JAMAS HASTA ENCONTRAR A DIOS.

Experimentar una felicidad interior que perdura sin estar condicionada por influencias externas es prueba evidente de que Dios ha respondido con su Presencia.

El único modo de avanzar hacia la comunión divina es MEDITAR CON REGULARIDAD Y CON PROFUNDA CONCENTRACION Y DEVOCION.  La meditación de cada día debe ser más profunda que la del día anterior.  El devoto que convierte la búsqueda divina en un asunto de primordial importancia hallará eterna seguridad en el Reino de Dios;  NI EL MAS LEVE ASOMO DE PREOCUPACION O DE AFLICCION puede cruzar el umbral de este santuario de silencio donde a nada se le permite entrar, salvo al Bienaventurado y Amoroso Padre-Madre Dios.

Aquel que halla dentro de si el “AMPARO DEL ALTISIMO”, permanece envuelto en la felicidad suprema y la seguridad divina.  Ya sea que se encuentre rodeado de amigos, ó esté durmiendo ó trabajando, reserva ese sitio exclusivamente para Dios. 

Con la consciencia centrada en el Señor…
VE DESCORRERSE DE SUBITO LOS VELOS CONCENTRICOS DE MAYA…
henchido de gozo, el devoto comprueba que Dios juega con él al escondite en los capullos de las flores…
ve que las estrellas brillan con Luz aun más resplandeciente y que el Cielo sonríe con la inmensidad del Infinito…
Cuando sus ojos se hallan espiritualmente abiertos, el devoto contempla que los ojos del Infinito le observan a través de todas las miradas…
En el fondo de las voces amables ó descorteses de todas las personas, oye la voz veraz del Infinito…
En el fondo de la voluntad sabia ó caótica de los demás, percibe la constancia de la Voluntad de Dios…
En el fondo de todos los amores humanos, siente el Supremo Amor de Dios…

¡Cuán maravillosa se torna la existencia cuando todos los disfraces de Dios quedan a un lado y el devoto se encuentra cara a cara con el Infinito, en la BIENAVENTURADA UNIDAD DE LA COMUNION DIVINA!

Permanece por siempre embriagado con el Ser Divino y permite que la OLA DE TU CONSCIENCIA repose en todo momento en el seno del Océano Eterno.  Cuando uno patalea y chapotea en el agua, no es muy consciente del océano, sino más bien del esfuerzo que está realizando.  Por el contrario, cuando uno se entrega y se relaja, el cuerpo flota y, en tal estado, siente que el mar entero lo acaricia.  Ése es el modo en que el devoto que se halla en calma percibe a Dios; siente que el Universo entero de la Divina Felicidad se mece suavemente bajo su consciencia.

El Reino de Dios está dentro de ti;  El está dentro de ti. En el fondo de tus percepciones, de tus pensamientos, de tus sentimientos, justo allí se encuentra. El.  Cada particula de alimento que ingieres y cada soplo de aire que inhalas es Dios.  No vives gracias a los alimentos ni al oxígeno, sino gracias a a Palabra Cósmica de Dios.

Todos los poderes que utilizas, ya sean mentales ó de acción, los has recibido de Dios. Piensa en El todo el tiempo –antes de actuar, mientras llevas a cabo tus actividades y una vez que las hayas finalizado-  Al cumplir con tus responsabilidades hacia los demás, recuerda sobre todas las cosas tu deber hacia Dios, sin cuyo poder delegado en ti no te sería posible cumplir con responsabilidad alguna.  Percíbele oculto en los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.

Siente su energía en los brazos, las piernas y los pies. Siéntele como vitalidad en cada exhalación e inhalación. Siente su poder en tu voluntad, su sabiduría en tu cerebro, su amor en tu corazón. Dondequiera que percibas conscientemente la Presencia de Dios, se desvanecerá la ignorancia mortal.

Aquellos que son sabios jamás pasan por alto SU DIARIA CITA CON DIOS EN LA  MEDITACION. Establecer contacto con Èl se convierte en la apasionada meta de su existencia.  Todos los que perseveren con tal clase de sinceridad ENTRARAN EN EL REINO DE DIOS EN ESTA VIDA.

Quien mora en ese Reino es libre por toda la eternidad.

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