Sobre la conferencia del Dr. Bach, de Londres, en la Sociedad de Debates de Homeopatía de Southport, el 18/10/29 (*)
El conferenciante hizo un breve bosquejo de la Historia de la Medicina en el pasado.
Hace unos 3.000 años, la ciencia de la curación había alcanzado un estado de perfección admirable, que se perdió en los años posteriores y todavía no se ha recuperado.
La cirugía había perfeccionado; la curación con medicamentos estaba muy avanzada; se conocía la teoría atómica y las leyes de la gravedad eran comprendidas a la perfección.
Buda fomentó la curación con medicinas hechas de hierbas, y la cuna de estos conocimientos fueron la India y la china, donde hace 2.500 años existía un estado de civilización muy avanzado. La vida animal se consideraba con gran estima y se erigían santuarios para animales. Se negaba atención médica necesaria a quienes eran crueles con los animales.
Por diversas razones, estos conocimientos se perdieron; en el oscurantismo que siguió a esta época, algunos grandes médicos intentaron reeducar al mundo en el arte perdido de la medicina.
Cuatro nombres asociados a esta reeducación son Hipócrates, Paracelso, Culpeper y Hahnemann. El trabajo de éste último es el que tuvo más posibilidades de resurgir, revelando a la culturas occidentales muchos de los secretos antiguos.
Durante los últimos 2.000 años, la medicina ha pasado por un período tremendamente oscuro e incluso ahora se halla en un estado de decadencia que es mejor imaginar que describir.
La cirugía es un método antinatural de curación que, con el tiempo, debería eiminarse. Solo debería utilizarse cuando todo lo demás falle.
Las vacunas, las inoculaciones y los sueros van en contra de la naturaleza; y el colmo ha sido la campaña de las glándulas de mono de Voronoff (**), que es un crimen contra la humanidad. El introducir una cepa animal es degradar a la raza humana, si tiene éxito producirá seres algo superiores al simio antropoide e inferiores al hombre. Si se permite que esta práctica se extienda, se destruirá la civilización.
Se han realizado muchos nuevos descubrimientos sobre la enfermedad durante los últimos años, la enfermedad no es casualidad, su causa se debe directamente a la desobediencia de las leyes de la naturaleza. El poder de sanarse y la voluntad de curarse están en nosotros mismos. Una enfermedad puede ser autoimpuesta, por ejemplo, una mujer de 40 años había perdido a todos sus seres queridos y no deseaba vivir más. Ella misma se indujo una enfermedad grave para poder morir. Este tipo de enfermedad es bastante común y muy interesante.
Otra clase de enfermedad es causada por el poder del dominio, es decir, el deseo de una persona de dominar a otra. El dominio es uno de los grandes enemigos de la humanidad y cuando desaparezca, un gran número de enfermedades desparecerán con ella.
El médico del futuro tendrá una visión y una comprensión muy amplias, habrá estudiado la naturaleza humana de cerca, a fin de ser capaz de ayudar y dirigir al paciente.
Comprenderá y utilizará medicamentos con base en hierbas del campo que curarán todas las enfermedades, tanto físicas como mentales.
Hahnemann descubrió muchas hierbas y la sanación que éstas podían realizar, y el campo de la homeopatía se ha ampliado vastamente durante los últimos 10 años.
Se han descubierto nuevos remedios, y se ha comprobado que algunos funcionan más en el plano mental que en el físico.
Uno de ellos elimina el dolor intenso que la morfina no consigue aliviar, mientras que otro tiene un efecto extraordinario en enfermedades crónicas de los ojos.
Los descubrimientos nos confieren la esperanza de que exista una farmacopea más extensa, que convertirá a la homeopatía en una enorme fuerza en el mundo, a la cual nada podrá oponerse.
Los médicos del futuro serán muy diferentes a los de hoy en día. No serán necesariamente hombres académicos, y su única ambición será curar y no anhelar dinero.
La homeopatía es la medicina del futuro y se aproxima el momento en que deba destacarse en el mundo y enseñar a los cirujanos y demás médicos lo que puede hacer.
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(*) Cuando el Dr. Bach ofreció esta conferencia, recién comenzaba a realizar investigaciones sobre plantas y flores y lo llevarían a descubrir la terapia floral. Previamente, se había especializado como homeópata.
(**) Los primeros experimentos de Voronoff en este campo incluyeron trasplantes de glándula tiroides de chimpancés a humanos con deficiencias de tiroides. Posteriormente comenzó a trasplantar los testículos de criminales ejecutados a millonarios, pero cuando la demanda excedió a la oferta, recurrió como sustituto al tejido de testículo de mono. El tratamiento de Voronoff con glándula de mono estuvo de moda durante la década de 1920.
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Elsa B. Mirol Colella

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