miércoles, 2 de agosto de 2017

Astrología y los Doce Curadores: Vervain - Leo

Astrología y los Doce Curadores
Vervain - Leo


De la gente que necesita Vervain, Bach decía: “Tienen en entusiasmo y la excitación del que posee un gran conocimiento, y el ardiente deseo de llevar a todos al mismo estado, pero este entusiasmo puede llegar a obstaculizar su causa. Vervain es el remedio en contra del esfuerzo exagerado. Nos enseña que es mediante el “ser” y no por el “hacer” que se logran las grandes cosas”

Este tipo padece de un entusiasmo exagerado y de la tensión que significa el esfuerzo desmedido.  Campeones de la justicia, pueden convertirse en fanáticos de sus fuertes convicciones, y hasta enloquecerse por el poder. Son personas de carácter fuerte, con propósitos y opiniones fijas.  Tienen, además, un gran coraje frene al peligro y la adversidad.  Empujan a todos los que están a su alrededor con la espada de su fervor tan especial.

Les encanta liderar y dirigir, y a menudo actúan como “elegidos”. De cierta manera, el tipo Vervain carece de humildad.  Tratan de transformar el mundo que los rodea (los tipos Clematis se preocupan más por su mundo interior) y de impresionar a los otros con el significado y la sinceridad de sus creencias y de sus actos.

El tipo Vervain no puede soportar una perspectiva de mediocridad, ni tolerará la afrenta de que alguien cuestione sus ideas ó motivos.  Por eso es muy fácil que se enreden en discusiones.  Las personas de este tipo, aun siendo totalmente sinceras, por lo general no se dan cuenta cuán despóticas pueden llegar a ser.

Los Vervain constructivos saben conducir con orgullo sus pasiones personales y su intimidad.  Son justos con los demás y no sienten que pierdan su confianza ó prestigio cuando alaban o aprecian a otras personas.  Respetan el consejo de aquellos más sabios ó más capaces que ellos, porque son cautelosos, saben también cuánta fuerza ó energía es necesaria para cualquier propósito.  Como el Sol, son constantes e inextinguibles, y también pueden asumir y ocupar de modo espléndido un puesto de gran significación.

Leo
Fijo – Fuego
21 de julio  21 de agosto

Un estudio de este signo ofrece una valiosa comprensión del tipo Vervain. Se puede considerar al Sol como la descripción ideal de los tipos Vervain constructivos.  El Sol es el planeta regente de Leo, quinto signo del Zodíaco. También como el Sol, Leo tiene una naturaleza fija de Fuego, y por eso es constante en su espíritu y aspiraciones.

Con esta influencia se podría pensar que Leo posee un enorme orgullo. El León, símbolo de Leo, personifica este rasgo (incluso se llama en inglés a una manada ó familia de leones, “pride”, es decir “orgullo”, en dicha lengua). Un símbolo tal también nos dá la clave de las grandes capacidades de liderazgo de aquellos nativos del signo.

Para que cualquier leonino alcance la felicidad debe tener su propio territorio ó esfera de influencia.  Lo que más quiere es gobernar sobre aquello que le pertenece de modo exclusivo.  Buscan ser el centro de atención y se sienten felices cuando logran ser muy organizativos, ¡por supuesto con ellos dirigiéndolo todo!  No es sorprendente, entonces, que se inclinen hacia la familia y los miembros de la familia suelen quedar sometidos a dosis variadas del carácter magnánimo aunque dictatorial de Leo.  Cuando no son considerados poco más que vasallos, la pareja y los hijos de un leonino son la prenda de su orgullo y el objeto de su extravagante generosidad.

Y no hace esto solo por exhibicionismo. Los leoninos que tienen instinto para el teatro y el espectáculo, suelen ser actores especialmente destacados… sobre cualquier escenario de la vida.  Pero la naturaleza de Leo es de una constante fidelidad hacia aquellos que ama.  Leo gobierna el corazón;  sus afectos son, por lo general, tan constantes como románticos pero excesivamente celosos.

Si están aspectados negativamente, el impulso de los leoninos se dirige hacia el engreimiento y la pretensión, y pueden llegar a ser pomposos ó afectados hasta caer en el ridículo como también cruelmente intolerantes y dogmáticos.

Es interesante considerar a Leo en relación con su signo opuesto, Acuario. Estos dos signos son polaridades con la misma fuerza celestial y tienen  un vínculo dramático en el esquema de la evolución humana. Estos son los que Jacob más bendice, nombrándolos sus hijos: Judá (Leo) y José (Acuario) en el Antiguo Testamento. En la escatología, Leo es el Hijo de Dios;  Acuario es el Hijo del Hombre.

De ahí se sigue que si los dioses engendraron a los hombres, los hombres se convertirán en dioses. Esta es la promesa divina implícita en la comprensión esotérica de la Biblia.

Entonces Leo y Acuario, entre ambos e inseparablemente, hospedan al espíritu, ó lo que nosotros conocemos como el verdadero ego de cada hombre y mujer, que preside el carácter y la personalidad terrenal, e incluso el alma.

Leo y Acuario son dos de los signos fijos  (los otros dos son Tauro y Escorpio) y en la Astrología Esotérica se los conoce a los cuatro como “los signos de la Serpiente”.  Esto se debe a la gran sabiduría, aunque secreta, que significan, según está representada en la estructura de la Esfinge: el cuerpo de un toro (Tauro), las garras y la cola de un león (Leo), las alas de un águila (Escorpio) y un rostro humano (Acuario). Tal fue la visión del profeta Ezequiel.

Sin ser uno de los signos más religiosos ó devotos per se, la función de Leo en este cuádruple marco celestial es la de corporizar el  principio magnífico de la Divina Autoridad. Este simbolismo se manifiesta en la sociedad como iglesia –ó en el cuerpo  político, como regla monárquica- y los atavíos de pompa y ceremonia que les corresponden a ambos son expresión de la influencia de Leo.  Hasta en la grafía del signo –que si no, resulta oscura-  detectamos esta intención, porque el símbolo ha aparecido como símbolo secreto del antiguo sacerdocio egipcio.

De acuerdo con esto, los leoninos llevan dentro de sí este legado de privilegio. Se ven a sí mismos desde la ventajosa posición del Todo-en-Si-Mismo, mientras que Acuario, por el otro lado, es el Sí-Mismo-en-Todo.

El peligro inherente en esta actitud inconsciente queda mejor expresado en el adagio: “el poder absoluto corrompe absolutamente”.  La historia de Faetón y el carro solar, referida para ilustrar el carácter de Escorpio, ilustra el poder destructivo de la fuerza solar descontrolada.  Tomada desde la perspectiva de Leo, fue la propia sobrevaloración del joven Faetón lo que lo llevó a tratar con ligereza un poder tan superior. Así, al hacerse vulnerable a la tentación (el Escorpión), perdió el control, atrayendo así un gran desastre para el mundo entero.

Semejantes dotes de habilidad y carácter como las que se les han concedido como un privilegio a los leoninos deben ser ejercidas para el bien común, o sino, sufrirán un vuelco, como le sucedió al Carro del Sol.  Lo que ha sido concedido por Dios a uno de sus siervos, será negado por aquellos que, en realidad, están sometidos solo a Dios.

Para decirlo de otro modo;  si los pocos privilegiados deciden no servir a los muchos, los muchos servirán a los pocos privilegiados como sacrificio a Dios.


El actual período de la historia puede estar reclamando una mayor flexibilidad y más corrección de parte de todos los leoninos, porque nos acercamos a la Era de Acuario, en la que el privilegio y el reconocimiento divino, que una vez fue exclusivo, será otorgado a todos.


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(...continuará)

Fuente:
"La Astrología y las Flores de Bach-Los Doce Remedios del Zodíaco"

Peter Damian
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Elsa B. Mirol Colella
Consultoría Psicológica, Astrológica y Floral
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