lunes, 20 de noviembre de 2017

Astrología y los Doce Curadores: Chicory - Escorpio

Astrología y los Doce Curadores:
 Chicory - Escorpio



La gente que necesita Chicory suele bloquear el impulso que hace fluir el amor incondicional. Cuando esta energía se dirige hacia adentro, las fuerzas del amor, la energía y el conocimiento –que normalmente salen hacia afuera-  se vuelven peligrosas y pueden llegar a expresarse, en cambio, como un interés egoísta y concéntrico por el poder, ó como una sórdida avaricia.

Los tipos Chicory son celosos y posesivos.  Procuran mantener a los que quieren en un estado de atadura constante, a veces hasta el límite de la servidumbre.  En una atmósfera de ctítica permanente, tratan de controlar y dirigir la vida de otros.  Puede compararse el tipo Chicory con esas madres que aparecen el teatro, con grades ambiciones para sus descendientes, aun por encima del amor que puedan sentir por sus hijos.

En la búsqueda de sus propios fines, estas personas son capaces de jugar con la compasión y el sentido del deber de los demás.  Cuando se ven contrariadas en sus deseos ó propósitos, rápidamente pasan a desempeñar el papel de mártires, inventando quizás una enfermedad con el fin de retener a los otros para que los atiendan compasiva y solícitamente.

Difieren de los del tipo Centaury, porque en éstos el martirio se sufre estoicamente.  La intención de los de Chicory es exhibirlo, y eligen la enfermedad por su impacto dramático.  No es sorprendente, entonces, que sea el tipo Centaury el que a menudo es víctima de los métodos de dominación propios de Chicory.

Chicory también suele dominar al tipo Rock Rose, a quien el miedo al abandono y a la soledad vuelve completamente dependiente.  El tipo Cerato (que suele andar a los tumbos y sin dirección) ó el tipo Scleranthus (que se siente angustiado por su gran inseguridad), son otros tantos blancos para los métodos de dominación de Chicory.

Parece que se preocupa por la felicidad y el bienestar de los demás, cuando en realidad sol piensa y actua en formas absolutamente egoístas en busca de su propia ventaja.  Los tipos Chicory son como harpías;  pueden también convertirse en un Shylock (personaje de la obra “El mercader de Venecia”, de W. Shakespeare, conocido por su cruel avaricia), tratando de cobrarse todo lo que siente que le es debido.

Detrás de la naturaleza posesiva de los tipos Chicory hay una necesidad de ser comprendidos.  En realidad temen la dependencia,  y es por eso que procuran ser ellos los dominadores de otras personas.  Mientras los tipos Agrimony ahnelan compañía, los tipos Chicory la buscan porque temen a la oscuridad.  Lo que más anhelan es que se los considere importantes y por eso disfrutan de la compañía de las personas que los admiran.

Los tipos constructivos de Chicory son altruistas cuando abrazan una “causa”.  Lideran con el ejemplo y no piden nunca a otros que hagan lo que ellos no harían.  Pueden ser incansables en sus esfuerzos y en su interés de que los otros “hagan las cosas bien”.  En este papel se parecen a Espartaco (esclavo romano, líder de una rebelión de esclavos en el S I a.C.), en su defensa de los débiles y oprimidos. Con valentía dirigen su amor por la lucha hacia una causa que vale la pena.  Su capacidad de calar la debilidad de los otros los convierte en implacables enemigos del  mal.  Se indignan  con el malvado y esgrimen lealmente la defensa del inocente.


Escorpio
Fijo - Agua
21 de octubre – 21 de noviembre

El estudio de este signo puede aportar una valiosa comprensión del tipo Chicory.  Escorpio es el octavo signo del Zodíaco. Entre los antiguos hebreos se lo personificaba como Dan, “una serpiente en el camino, una serpiente en el sendero (del Zodíaco) que muerde los cascos del caballo para que el jinete caiga hacia atrás (Génesis, 49:17)

Esto describe una inclinación de Escorpio, la de socavar el progreso del alma que aspira a elevarse, entremetiéndose entre los cascos de Sagitario.  El jinete es la parte superior de la naturaleza humana, la que Escorpio intenta derribar perturbando a su parte inferior, es decir, al caballo que está por debajo de él (el Centauro está formado por medio caballo debajo del medio hombre). Aquí la serpiente desea la caída del alma del mismo modo que instrumentó la caída de Adán en el Paraíso Terrenal.

Este es un tema recurrente en todo saber religioso y astrológico:  Escorpio es la trampa de la tentación en el camino del alma y la serpiente es el Tentador mismo. Retratado según la astrología, la “caída” de la humanidad (Libra, el Equinoccio de Otoño/Primavera), es lo que ahora separa a Escorpio (el acto creativo) de su concepción pura ó inmaculada (Virgo, la Virgen), y es interesante conjeturar que estos dos signos pueden haber estado unidos alguna vez –nótese la similitud de sus figuras antiguas-  como estaba unido Adán a Eva hasta que ella fue separada de un gran misterio que persiste en el más misterioso de los signos del Zodíaco.

Lo más claro de estas leyendas es que Escorpio aparece como una fuerza estática, que aspira poseer el Poder de la Verdad al cual le cierra el paso.  De otro modo, el Poder de la Verdad se transmitiría libremente mediante los rayos del Sol a toda la humanidad.  Escorpio es el Lucifer del Paraíso Perdido de Milton (poeta inglés del S XVI) que alardea: “Es mejor reinar en el Infierno que servir en el Cielo” ¿De qué otra manera se podría explicar la maléfica reputación que tiene este signo tan provocativo?

Hasta  sus planetas regentes se cuentan entre los más difíciles de manejar, según afirman los astrólogos. A Marte se lo conoce como el planeta que rige la guerra y Plutón es la tierra de los muertos ó su guardián.

En Escorpio también se presenta la mitología del celoso desafío a la deidad así como la historia de la tentación del hombre.  Fue Escorpio quien hizo desbocar los cabalos del carro del Sol un día en que el joven Faetón los conducía tontamente (esto define un rol más de Escorpio, el del “asesino de tontos”, que espera echar mano del no iniciado que se atreve a asumir una posición para la que no está realmente calificado;  del mismo modo que nos encuentra desprevenidos, generalmente cuando aparece con el atavío de la Muerte.  Como esto puede conducir a una larga digresión sobre Escorpio considerado el signo de la retribución, me limitaré tan solo a mencionar el tema).

Un acto de tal vileza tuvo la consecuencia lamentable de asolar el norte de Africa, convirtiéndolo en un enorme desierto –así continua la leyenda-  con lo que se demuestra que Escorpio se levanta como un antagonista nato de toda autoridad (está en cuadratura con Leo), hasta el punto de desafiar a su Creador, simbolizado por el Sol, que es el regente de Leo.

Como Judas, en el Nuevo Testamento,  Escorpio está dispuesto oa traicionar el Hijo (el Sol) de Dios por treinta míseras monedas de plata, así como a reinar por los treinta días de un mes lunar (la plata es el metal de la Luna).

Escorpio es un signo de Agua fijo, y sugiere no solamente  agua estancada, pantanos y charcos, sino también hielo que, como el escorpión verdadero, decrece a causa del Sol y de su calor, del mismo modo que la serpiente se encoge ante el rostro de Dios.

Y sin embargo, si no hay nada que sea verdaderamente malo, debemos sentir  “compasión por el diablo” y tratar de entender que la presencia de Escorpio es vital y necesaria para el Universo.

Lo que por lo general no se revela en estas historias es que Escorpio es realmente el signo de la redención y la salvación;  es el lugar de la transformación.  Solo después de que se nos haya probado, se nos revelará nuestra verdadera naturaleza –tanto a nosotros mismos como a Dios-  Esto explica por qué muchos creen que Dios encomendó a Lucifer que se convirtiera en el adversario de la Humanidad, como ocurre en el Libro de Job.  Los grandes pecadores se convierten en los grandes santos, por lo menos así lo dicen las Escrituras.

Este es el argumento de la leyenda de Fausto, en la obra dramática escrita por el gran poeta alemán Goethe.  Fausto es el Escorpio ideal, ya que, luego de sobrevivir a la tentación –y a pesar de haber vendido su alma al diablo- es redimido en el final y transportado al Cielo por un coro angélico.  La Biblia dice que el mismo Lucifer fue alguna vez un ángel, y lo volverá a ser algún día.

Finalmente, lo que sacamos en conclusión es una impresión de que la tarea de Escorpio es la de “El Eliminador”.  Como la Muerte, Escorpio elimina el exceso de población en todas las especies, agostando a quienes hayan sobrevivido a su propia utilidad.  Quizás esto suene algo duro, pero es bastante descriptivo;  Escorpio rige los órganos de eliminación del cuerpo humano (es de notar que en Escorpio rige la eliminación, y si no  nos liberamos de los desechos del cuerpo, éstos nos pueden matar, en otras palabras, nos ahogan y morimos en ellos ó por ellos).

Escorpio también es vengativo, pero no se encuentra del todo fuera de la ley.  En la Cábala hebrea, la Muerte se describe como la Sephira (aspecto de dios) invisible.  No se muestra en los diagramas del Arbol de la Vida pero se interpreta como el puente que atraviesa el Abismo que está antes del Triángulo Supremo, a través del cual deben viajar todas las almas para unirse con la Divinidad.

Sería semejante a la Laguna Estigia, a través de la cual los muertos en la Antigüedad clásica debían pasar para llegar al otro mundo.  La muerte, según se comprende y se usa el término, significa un requisito necesario para alcanzar una existencia más plena.  Ante la muerte, se rasga el velo del Templo, y el hijo del hombre, el hombre interior, resucita.

Con tan poderosa fuerza motivando su carácter, no debe soprender que el escorpiano sea catalogado por lo general como alguien que inspira una mezcla de miedo y reserva.  Reservados por naturaleza, estos individuos nunca se revelan a sí mismos y por lo tanto resultan difíciles de comprender. Se destacan claramente en Escorpio las personalidades que tienen un penetrante poder de discernimiento, acompañado de una voluntad implacable.  Cuando despiertan, su pasión y su fuerza se combinan con lo anterior para crear una infatigable determinación, que generalmente resulta irresistible.

La Astrología y las Flores de Bach - Los Doce Remedios del Zodíaco
Peter Damian


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(...continuará)

Fuente:
"La Astrología y las Flores de Bach-Los Doce Remedios del Zodíaco"

Peter Damian
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Elsa B. Mirol Colella

Terapeuta Floral - Astróloga
Docente Terapias Holísticas - Escritora
CTS-CENTRO DE TERAPIAS PARA LA SALUD
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