Plutón,
su descubrimiento y la Astrología
Plutón,
al que algunos astrónomos llaman “planetoide” e incluso han llegado a excluir
de la categoría que le asignaron en su momento…. continua dando muestras de su presencia, de
todas maneras, a través de la manifestación de su energía, que se vincula con
el poder y las transformaciones.
Se
descubrió en 1930 y, como sucede con todos los planetas que se descubren, su
significado astrológico demoró 30 años en serle asignado, es decir recién a
partir de 1960.
Se
lo considera a partir de sus cualidades, regente de Escorpio y anteriormente a
su descubrimiento, el regente de ese signo era Marte. Aun hoy, algunos consideran una doble
regencia, sin embargo esto se relacionaría con el hecho de no llegar a
comprender del todo la energía plutoniana. Sea como sea, no es lo correcto a
esta altura del S XXI, o en todo caso, sería una “versión poco elevada” de su
naturaleza, la manipulación de significados, cuando en realidad Plutón elevado
nos invita a profundizar en todo.
Antes
de su descubrimiento, las manifestaciones de Plutón existían, pero no eran conscientes. De la misma manera a ocurrido y seguirá
ocurriendo con lo que la consciencia aun “no descubra”…. se expresarán de manera inconsciente.
En
el mundo de lo simbólico, que no es un
mundo aparte sino que vivimos sumergidos en él, pero que requiere poder “leerlo”,
todo está relacionado con todo. Hechos, personas, circunstancias, contenidos…
todo.
Revisemos
las circunstancias de su descubrimiento, que son por demás elocuentes acerca de
la sincronicidad de todo.
Un
astrónomo estadounidense llamado Percival Lovell supuso la existencia de este
planeta a través de cálculos físico-matemáticos. Durante 14 años lo buscó,
entre 1915 y 1929, año en que falleció. Obtuvo muchas fotos del cielo en la
zona donde él creyó que estaría, sin éxito.
Luego
de su muerte, un colaborador de él, llamado Clyde Tombaugh decidió continuar
investigando sobre este planeta, que obviamente aun no tenía nombre, y le fue
concedida esta tarea. A los 6 meses
encontró lo que Lovell había buscado durante 14 años.
Hay
dos versiones respecto al nombre que se le dio a este planeta. La primera,
puede ser considerada una leyenda y dice así;
como a los descubridores se les permite elegir el nombre, Tombaugh preguntó a su sobrina, Venetia
Burney, una niña, cómo lo llamaría. Y ella dijo “Pluto”, nombre de un personaje de historieta de un ya
conocido Walt Disney.
Resulta
que “causalmente” ese era el apodo que que los griegos daban al dios del mundo de lo
invisible, el subterráneo, Hades. Entonces Tombaugh decidió llamarlo “Plutón”,
es decir “Pluto” en inglés. El
significado de “Plutón” es algo así como “el rico, el próspero”
Si
observamos la relación entre el nombre de su
buscador, Percival Lovell y su descubridor, Clyde Tombaugh, vemos
lo siguiente. El nombre Percival es equivalente a “Parsifal”,
el héroe de la mitología celta, que es un héroe “solar”. En la mitología griega, Apolo (el Sol), tenía
prohibido ingresar al mundo subterráneo de Hades. Por otra parte el apellido del buscador de
Plutón, “Lovell”, nos habla de “Love” es decir, de “amor”. Y tanto una cosa como la otra, si nos
conectamos con las asociaciones y las sincronicidades, podrían hacernos comprender por qué no fue él
quien lo descubrió. Tanto su nombre como
su propia energía, no estaban “alineados” con la energía de Plutón, que no es
precisamente ni el amor humano ni un
héroe solar.
En
lo concreto y racional se descubrió que los cálculos que había hecho Lovell no
eran correctos y por eso nunca iba a llegar a ubicar a este planeta.
¿Y
cuál sería la relación con su finalmente, descubridor Tombaugh? En este apellido sí encontramos una palabra
asociada a Plutón: “tomb”, que significa “tumba”.
Y
algo más en relación a esta otra versión relativa a la leyenda, donde
supuestamente intervino su sobrina Venetia Burney… su apellido contiene la palabra “burn” que
significa “fuego, ó incendio”, sustantivos también relacionados con la energía
de Plutón, ya que es común mencionar a Hades, como “el dios de los infiernos”. Si bien los griegos
hablaban de un “mundo subterráneo” regido por Hades, el cristianismo consideró
que ese mundo equivalente al reino de Hades, sería el infierno, en el cual hay
fuego.
Aun
así, el nombre “Plutón” terminó haciéndole honor a su buscador, Percival
Lowell!!! Porque la primera letra es “P”,
que corresponde a su nombre, “Percival”, y la segunda es “L”, la primera de su
apellido…
¿Podremos
comprender todo esto ya en este S XXI, a 100 años del anticipo de Rudolf
Steiner, cuando dijo que la cultura del raciocinio estaba terminando, para
unirse con lo aprendido a través del intelecto y la razón, a lo intuitivo,
perceptivo y sincrónico?
Por
eso el valor inmenso de la Astrología, como así también de otras Ciencias
Simbólicas, que están entrañablemente unidas a la naturaleza del Universo, para
mostrarnos por dónde es el siguiente paso.
Abrazos
planetarios y sincrónicos!
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Elsa B. Mirol Colella
Consultoría Psicológica, Astrológica y Floral
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